La gestión de los Recursos Humanos en la Superintendencia de Salud, se caracteriza por su capacidad para incorporar personal con las competencias que facilitan el alcanzar los estándares de desempeño en cada puesto de trabajo y, a su vez, el desarrollo de las estrategias para fortalecer la filiación del personal que la integra con énfasis en la equidad de la recompensa y las oportunidades de desarrollo profesional y personal de los funcionarios para abordar las demandas ciudadanas con nuevas capacidades. A ello se agregan los desafíos gubernamentales por un Estado moderno, construyendo proyectos más transversales y transparentes en la gestión pública.
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Entre los diversos modelos de gestión organizacional es posible observar una creciente participación del recurso humano en los resultados obtenidos, las evidencias lo demuestran, las personas que integran la organización son cada día el recurso más preciado para dimensionar las capacidades organizacionales y alcanzar los resultados, por tanto, los esfuerzos por optimizar su desempeño demandan elementos y acciones, y generan un cambio sustancial en el modelo histórico de la gestión de las personas.
En la Superintendencia de Salud, nos caracterizamos por incorporar personal con las competencias que facilitan alcanzar los estándares de desempeño en cada puesto de trabajo y, a su vez, el desarrollo de las estrategias para fortalecer la filiación del personal que la integra; con énfasis en la equidad de la recompensa y las oportunidades de desarrollo profesional y personal de los funcionarios para abordar las demandas ciudadanas.
Las herramientas de evaluación y gestión, hoy son capaces de dimensionar el aporte a la cadena de valor y el retorno de los esfuerzos puestos en la recompensa y en el desarrollo de los recursos humanos, en consecuencia, hoy ya es posible, y necesario por cierto, observar a las personas como un capital humano por su conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y talentos que poseen y que la hacen apta para desarrollar actividades específicas, cuyos retornos son altamente significativos a la hora de compararlos con el resto de los recursos, obviando las significativas distinciones entre personas y el resto de los recursos de la Institución.
Consecuente con lo anterior en la dimensión de las personas como capital humano, esto es como factor de producción dependiente no sólo de la cantidad, sino también de la calidad del grado de formación y productividad involucradas en un proceso productivo, referido al conocimiento práctico, las habilidades adquiridas y las capacidades aprendidas de un individuo que lo hacen potencialmente productivo y eficiente para la tarea encomendada.
Es así como emergen diversas consideraciones propias de una alianza estratégica en que, por una parte las personas buscan los espacios y oportunidades para su contribución y, por otra parte, una búsqueda permanente de oportunidades de desarrollo personal y profesional.
En este contexto, la Superintendencia ha instalado una visión y modelo estratégico que pone en primer plano a las personas en la consecución de sus objetivos y metas para hacer realidad la misión, ello requiere identificar el talento, reconocer las contribuciones de éste y generar los espacios de desarrollo como instrumento para movilizar las capacidades. En rigor una gestión que incorpora la calidad de vida sin descuidar la eficiencia o desempeño organizacional.